Al principio, las pautas que nos dio Lourdes Relloso nos parecían arriesgadas y contrarias a lo que estábamos haciendo. Estábamos aplicando el Protocolo de Actuación de Acoso Escolar con la mejor intención, pero el acoso no cesaba. Lourdes nos propuso actuar de manera diferente, y aunque al principio tuvimos dudas, decidimos seguir sus recomendaciones. Los resultados fueron sorprendentes. La tensión y la ansiedad en el ambiente escolar disminuyeron significativamente, tanto en el aula como entre el profesorado. Las víctimas dejaron de ser el foco de atención, y los agresores empezaron a autocontrolarse. Logramos desactivar las dinámicas de acoso, evitando que las víctimas se sintieran inferiores y recuperando la armonía en el entorno escolar.”